lunes, 30 de agosto de 2010

PROYECCIÓN

Si hace un año ni imaginé lo que estaría haciendo ahora, ni las personas que he conocido por el camino, ni las cosas que he hecho...pues dentro de un año ¿quién sabe dónde quedará mi presente?

miércoles, 25 de agosto de 2010

LA MARCHA

Los cinco sentidos que se pierden
en espirales de humo sin fumar,
la brisa que canta desentonando
a un templo que pudo ser de cristal,
sin señales y sin brújula de sentido común,
una voz que dice "todo está en tu cabeza",
dejando al corazón huérfano de dominios,
sin casta, sin fuego y sin pureza

Una cortina deshecha que reta al olvido,
un sentimiento dividiendo a una estrella fugaz,
una luz de neón sin brillo de madrugada,
una perla enmascarada en un rastrillo,
una urna sin pedestal.

Así las palabras destierran cualquier tipo de magia,
y si soy un músico romántico de los de antaño,
mis dedos no saben de engaños cuando arañan tus poros
ni mis labios saben a sal.

Cualquier despedida improvisada
suena a serenata barata en rebajas,
sin testigos de hojalata con pies de plomo
que aguanten un huracán sin brazos.

Así me marcho sin huellas,
sin besos improvisados sobre la marcha,
me marcho sin ruido y sin silencio,
porque en mi mundo hay un enjambre de pensamientos callados.
Levanto mi mano en un "adiós" semi-valiente,
en una rendición impropia de un guerrero veterano,
pero sé que mi cuerpo cansado agradecerá ese gesto solidario
con el tiempo, todo siempre termina.

jueves, 19 de agosto de 2010

CAMBIO

Como un regalo la mañana de Reyes a punto de ser abierto. Como cuando te sientas en el sillón de la peluquería y dices: ¡córtelo todo! Así es el cambio. El año puede empezar cualquier día de agosto que se convierte en uno de enero, y no hay más campanadas que los latidos de tu corazón.

Te levantas un día y observas tu particular campo de batalla. Te das cuenta de que ha pasado el huracán de tus pensamientos devastadores y sonríes para tus adentros porque de nuevo estás en pie ante tus ruinas y sabes que las acabarás reconstruyendo, quizás para que en un futuro las vuelvas a derribar, pues debe ser así.
El cambio es lo único que importa.

El impulso de cambiar el viento a tu favor nace de la sensación de haber muerto un poco cada día y te preguntas ¿por qué he dormido tanto?

La fuerza que tienes en tus venas tirantes de vida te sacude y sabes que el nuevo camino no tiene otra senda que la del cambio. Y la sensación emborracha, como los besos prolongados que te dejan sin respirar, pero sabes que mientras haya algo en movimiento todo irá bien.

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lunes, 9 de agosto de 2010

DISTRACCIONES DE LA MENTE

Para conocerse a uno mismo hay que mirar dentro. Y a veces al echar una "ojeada" resulta que no nos gusta la imagen que nos devuelve el espejo, entonces...¿qué hacemos? Entonces aparecen en escena lo que yo llamo "distracciones de la mente". Éstas son muy variadas, hay tantas casi como personas existen.
Algunas de esas distracciones consisten en mirar fuera para evitar mirar dentro, y entonces vivimos con la mirada posada en el vecino. De repente, todo lo que nos sucede y deja de suceder son responsabilidad absoluta del ajeno y aprendemos de memoria el discurso que siempre empieza de la misma forma: "Es que si no fuera poque fulanito ME hizo......"

Otra de las distracciones es confundir nuestra propia mente con la excusa del sentimiento. Es un recurso de lo más útil, pues si estamos todo el día pendiente "de lo que siento" evito PENSAR sobre lo que siento, y automáticamente sale a flote el viejo tópico "no se puede hacer nada frente a lo que siento". Tal vez no se pueda cambiar de raíz, pero siempre seré dueño de la actitud que adopto frente a ese sentir: me puedo limitar a lamentarme y dejar el poder absoluto a la emoción, o puedo ser consciente de lo que me pasa y preguntarme por qué he llegado hasta ahí y qué puedo ir haciendo para ir sintiéndome mejor, o al menos, diferente. Pero claro, eso implica volver a mirar dentro, y mirar honestamente.

Da vértigo reconocer que no soy tan fuerte, que no las veo todas venir a pesar de mis experiencias, da miedo reconocer que aún nos pueden algunas emociones y que no tenemos ni idea de qué herrramientas utilizar para manejar nuestras carencias, nuestros vicios y manías, nuestras frustraciones. Nos da miedo el cambio. Nos aterroriza la soledad y muchas veces sacrificamos nuestro amor propio y nuestra dignidad con tal de que alguien nos tenga en cuenta en su vida, aunque seamos la última de sus prioridades. Nos da miedo que no nos reconozcan (porque necesitamos ser mirados, aceptados y admirados, sin darnos cuenta de que nosotros mismos ya podemos proporcionarnos las dosis adecuadas de todo eso)
Nos da pavor no llegar a vivir "el amor", ese personaje que nos han vendido desde las pantallas de los cines y desvirtuamos el significado de la palabra atribuyéndole disfraces de necesidad, apego, posesión, idealización, obsesión, etc....

Es hasta agradable dejarse llevar por la "ilusión", a quien dediqué el post anterior, pero ésta muchas veces también forma parte de esas distracciones de la mente, pues cualquier emoción embriagadora es más apetecible que reconocer que tal vez el fruto de esa ilusión tan sólo sea la proyección de una carencia.

¿Y cómo reconocer todo esto? Habrá veces que la realidad nos golpee en la cara y otras que, si estamos meramente interesados en ese ser humano que habita bajo nuestra piel, podremos reconocer cuando queremos "distraernos" ya sea con un vicio, con un hábito, ya sea con el trabajo, con trasnochar, ya sea la distracción de ir a todas horas al gimnasio, de salir corriendo cuando empezamos a intimar con alguien, distraernos construyendo fachadas de personas que no somos, pero que aparentamos ser, y así una larga lista de actitudes, formas de vivir que a poco que las cuestionemos, a poco que rasquemos en su superficie, nos daremos cuenta de que tienen algo de artificial, algo que "no va del todo" con nuestra verdadera esencia, algo que en definitiva, no nos deja ser feliz.
Es aquí cuando comienza el camino hacia dentro, pues quizás valga más un desengaño a tiempo (aunque sea con nosotros mismos la decepción) que un autoengaño permanente.

jueves, 5 de agosto de 2010

ASÍ ERES

¡Qué tramposa eres!
inquieta, pícara,
te presentas,
sin llamar a la puerta,
embarcas al alma
sin pedir permiso.

Soberbia, 
eres bienvenida
aunque el ánimo resople
con cierto recelo.

Si serás vieja, sabia y bandida,
que asaltas con la guardia baja,
sonríes bajo tu sombrero de ala ancha
y las entrañas saben
que no hay as que poder guardar
bajo la manga.

Pasas con tu baile por mi lado,
sonriendo satisfecha y cantando victoria,
pues sabes que tus desaires no calan en mi memoria,
por más que quiera, tus traiciones pasadas se desdibujan
como el humo de mi cigarrillo en la madrugada.

¿Qué más puedo hacer yo,
que inclinarme a tu paso?
Pues eres sangre que desata vida,
aire fresco en bocanadas envolventes de agua y agua.
Así eres, ilusión.