martes, 28 de septiembre de 2010

POEMA A LORCA


Corta la espada al vuelo la esperanza del verde
en las últimas horas tras la escarcha
no olvides sonreír
Abre las manos mientras cierras los ojos
muestra el vacío equipaje cargado de vida que llevas contigo

Un jardín de estrellas espera en lo eterno de lo incierto
un mar de experiencias queda en la huella de lo vivido
¡Claman las campanas que un alma baila en el aire
y es la música caliente de sus huesos la que nos recuerda
que aún estamos aquí!


El azul luto es para La Luna
es mejor el festejo perenne de lo exprimido
Baila grotezcamente cada segundo robado al conocido desenlace
y sentirás la vida más allá de la muerte.


En el actual post de mi querido amigo bloguero Dilman se hace referencia a uno de mis poetas favoritos: Federico García Lorca. Joya sin igual de la generación del 27, su obra reboza genialidad en cada uno de sus versos y los temas que aborda: las grandes pasiones del ser humano, el amor y la muerte. Dejándome contagiar por el alma romántica del poeta y lo que me transmite su poesía más que viva, he escrito este breve poema, sin nunca intención de igualar al genio, pero si homenajearlo en "su línea". Espero que os guste.









miércoles, 22 de septiembre de 2010

AQUÍ Y AHORA

Hace casi un año que comencé a escribir en el blog (contando con el anterior a éste). Rebuscando entre mis viejos post me topé con uno que ahora mismo me dice mucho, incluso más de lo que me decía en el momento en el que lo escribí, por eso he pensado en rescatarlo y volver a publicarlo aquí. A los que ya lo habían leído, gracias por releerlo, y a los que aún no lo conocían, espero que les guste.


Sólo tenemos el aquí y el ahora. Sólo somos este preciso momento. El ayer es una fotografía. El futuro: un misterio. Suena a tópico, pero hay muchos tópicos ciertos. Ser conciente en cada momento puede ser lo más difícil, tanto como vaciar la mente de pensamientos tóxicos. ¿Pero no merece la pena aprenderlo? Quizás una forma de vivir el presente sea ser fiel a uno mismo en cada instante, sintiendo, haciendo y viviendo los aciertos y equivocaciones, las alegrías y las tristezas, los triunfos y los fracasos como instantes efímeros, porque sólo son eso: instantes efímeros que sólo vuelven a revivirse si los evocamos a través de la memoria. Evoquemos lo constructivo.
Sólo somos un suspiro en la eternidad. Que ese suspiro sea gloria

lunes, 20 de septiembre de 2010

ACERCA DEL AMOR

No hace ni veinticuatro horas que escribí el anterior post, pero ¿no se tiene a veces la sensación de que hay etapas en la vida en las que se aprende muchas cosas a una velocidad pasmosa? Es como la inspiración: te puedes pasar semanas sin que se te ocurra ni una sola buena idea sobre la que escribir, y de repente ¡zas! viene todo de golpe y porrazo. Este es el caso. Y ahora quiero hablar acerca del amor.

Ocurre que cuando llevas un tiempo sol@ (sobre todo para los que no estamos acostumbrados a ello) empiezas  a querer ver en todas partes ese amor que alguna vez conocimos en el pasado, empiezas a querer encontrar todas aquellas sensaciones de los primeros momentos en los que te sientes cautivado por alguien, empiezas a anhelar los detalles, la nube en la que te subes desde que despiertas y de la que sólo bajas al final del día. Uno quiere recuperar todas esas emociones que aparecen cuando alguien especial entra en tu vida y además está ahí para ti.
En toda esa prisa que te entra por no tener la sensación de que estás perdiendo el tiempo, uno puede llegar a ver una historia donde nunca la hubo, salvo en nuestra desesperada imaginación, porque toda esta película la podemos montar en torno a cualquiera que se nos presente, y ni siquiera necesitaríamos de su colaboración, pues el guión ya está escrito previamente en nuestra cabeza. ¿Pero es esto amor de verdad?

Me pongo a pensar en las veces que sentí esa "magia" y la contrasto con las veces en que fue realidad. Sólo ha ocurrido una vez en mi vida. Y lo que hizo que aquella vez fuera de verdad, tiene que ver con mucho más que un simple coqueteo, que unas simples mariposas en el estómago. Aquella vez yo era capaz de verme a mí misma en los ojos de la otra persona. Yo me sentía especial para el otro. Había miedo a sufrir, por supuesto, pero nunca miedo a arriesgar.
Con todo esto quiero decir que a veces las historias realmente especiales escasean (por eso son especiales) y cuando pasa el tiempo uno puede caer en el error de olvidar qué era aquello que lo hacía tan auténtico y excepcional, y entonces construimos castillos en el aire con cualquiera que supla el vacío que queda cuando algo que fue maravilloso acabó llegando a su fin.
 Podemos llegar a conformarnos con mucho menos, creyendo que lo que tenemos delante también puede resultar tan especial como lo que tuvimos en un pasado.

Pero si por un momento hacemos memoria, entonces empiezas a darte cuenta de que si ahora algo no termina de encajar, de que si por alguna razón el otro te parece por un momento formidable, pero al momento siguiente te decepciona o te deja un sabor amargo de sentimiento no correspondido, entonces, eso ya no es tan especial, por mucho que te empeñaras en que lo fuera.

Sí, acerca del amor tengo que decir que lo conocí. Una sola vez. Con alguien que no temía que me mirara a los ojos y viera en mí, con alguien con quien no me importaba ser débil, porque sabía que estando en sus manos no corría peligro de que me hiciera daño, alguien que me correspondía con intensidad, no de igual manera que yo, porque todos sentimos de forma diferente, pero sí sentía que me amaba con entrega.

Y ahora trato de recordar todo aquello porque por mucho que pase el tiempo, una vez has conocido el amor, ya no te puedes conformar con menos. Y el amor es especial, y como ocurre con todas las cosas especiales, no llama a la puerta todos los días, por ello hay que confiar y no dejarse vencer por la soledad creadora de necesidades y espejismos. No es fácil encontrar a quien nos ame, pero tampoco lo es encontrar a quien amar de verdad. Y cuando esto ocurre tu alma respira de alivio y de certeza, si no es así, si hay alguna incomodidad, habría que prestarle atención aunque te lleve un par de noches sin dormir.

Es cierto, acerca del amor, a veces puedes tenerlo enfrente y no reconocerlo, pero cuando tienes delante algo que no es verdadero, eso sí se nota al instante, porque el alma sufre demasiado al intentar acomodarse a algo que no le corresponde, pues todos sabemos en lo más interno todo lo que merecemos por todo lo que entregamos.

INDECISIÓN

Empiezo a escribir y ni si quiera sé cuáles son las palabras que acuden a mi mente, pues ahora has ocupado mi pensamiento y es extraño, invasivo, ofende mi sentido común. Me enfado conmigo misma por saber que he de irme pero mi sombra siempre se aferra a una última vez. Sí, reconozco el bloqueo, el placaje, el derechazo directo a mi alma cuando menos lo esperaba, ¿y ahora qué? No me sirven los tópicos, ni los consejos, ni verte o no verte, porque el desierto se ha hecho grande tras cada grano de arena.
Ahora sólo me queda ver el paso del tiempo en el reloj de mi espera mientras decido si desaparecer sin más aunque mis días se queden sin postre por un tiempo, o quedarme a tu lado hasta que deje de doler, como si eso fuera una opción.

lunes, 6 de septiembre de 2010

"SUEÑOS ROTOS...SUEÑOS NUEVOS"

Hoy me he encontrado en el blog "Espejo y agua", no sólo una hermosa pintura (que ya es fondo de pantalla de mi ordenador, porque antes ponía fotos de National Geograpic, pero los colores de Lara las han sustituido), también encontré una frase que me ha hecho pensar y que he tomado prestada para escribir este post (sé que no me verás como una intrusa, Lara, jeje)

La frase en cuestión: "Sueños rotos... sueños nuevos"
Irremediablemente me ha llevado hasta algunas ideas que a muchos nos vienen a la cabeza cuando algo que tenemos en mente se trunca: "se acabó", "para esto no sirvo", "¿para qué me habré metido en esto?" "ya nunca más me volverá a pasar"....y una larga lista de etcéteras, de pensamientos similares dirigidos al autocastigo, a la búsqueda de un culpable del "fracaso" (como si eso sirviera de algo), a veces, incluso, como forma de desahogo, porque parece que si verbalizamos toda esa negatividad que llevamos a cuestas, la ansiedad desaparece.
Me atrevería a decir que la ansiedad desaparece "momentáneamente", porque el hecho de estar siempre verbalizando lo negativo, es que esto actúa como retroalimentación de lo que pensamos, es decir, que podemos acabar echando más leña al fuego, y al final terminaremos siendo una sombra oscura y tenebrosa con un altavoz como los que se usan en los pueblos para vender pescado, anunciando tragedias a nuestro paso, y por tanto, atrayéndolas y "auto-amargándonos" cada vez más.

En cambio, y volviendo a la frase: "sueños rotos, sueños nevos", ésta parece abrir una ventana por la que entre aire fresco, pues lleva implícita "la sustitución" de algo que ya no sirve, por algo distinto que igualmente nos pueda valer. Al menos acaba con esa tendencia rutinaria a la fustigación por no haber conseguido lo que pretendíamos.

Es como la regla del "OSO" de Jorge Bucay, que dice: "Si quiere algo...

- O bténgalo. Si no es posible:
- S ustitúyalo. Si esto tampoco puede ser, entonces:
O lvídelo!
                        De lo contrario, estará comportándose como un idiota"

Igual, Jorge Bucay se pasa un poco, pero quien le conoce mínimamente sabe que es un guasón. El ejemplo es más que gráfico. Yo añadiría que tampoco hay que alarmarse por comportarse como un idiota cierto tiempo, si al fin y al cabo era necesario y nos sirve para aprender algo.

Lo que sí me gustaría resaltar es que por mucho que nos parezca tropezar con la misma piedra una y otra vez, hagamos que este hecho no nos vuelva necios, porque la necedad está en creer en que siempre estaremos evocados al mismo resultado, y que por tanto, no merece la pena volverse a arriesgar.
Siempre hay oportunidades si estamos dispuestas a verlas, aunque sean con una forma distinta a la que esperábamos.

Sustituir un sueño roto por uno nuevo no es un autoengaño. Yo lo llamo: seguir adelante.