viernes, 31 de diciembre de 2010

ESTE AÑO HE APRENDIDO...



Este año he aprendido...


Que se puede vivir de ilusiones, pero que tarde o temprano, por respeto a uno mismo, es mejor dejar de autoengañarse.


Que la mejor medicina es la mirada comprensiva de otro ser humano.


Que ante la gente difícil es mejor ponerle las cosas más fáciles porque sólo así es posible que dejen de tener miedo a abrir su corazón.


Que luchar por un sueño y verlo cumplir es la mayor satisfacción personal que se pueda tener, pero ésta se siente, no una vez conseguido, sino mientras lo realizas.


Que el calor humano se siente a miles de kilómetros de distancia pero a ras de piel con tan sólo una palabra escrita en un blog.


Que nunca estamos solos, pero sentir la soledad es indispensable e inevitable.


Que amar muchas veces significa dejar partir.


Que tener verdadera confianza en uno mismo se tiene que pelear día a día.


Que cuando realmente has hecho algo bien, es cuando ya no buscas la aprobación de los otros, te basta con tu propia sonrisa interna.


Que toda paciencia es poca.


Que la única cuerda invisible que nos ata es no perdonarnos a nosotros mismos, incluso cuando pensamos que no estamos perdonando a alguien, en realidad, es con uno mismo con el que tenemos la cuenta pendiente.


Que tengo que recordarme constantemente que la vida es aquí y ahora para no perderme lo mejor de mí misma y de los demás.


Que es mejor no dar consejos y escucharlos sí, pero tampoco seguirlos al pie de la letra.


Que el mayor miedo a enfrentar es el de amar y dejar que nos amen porque es la mayor aventura donde se puede ganar y se puede perder todo.


Que todo lo que he aprendido es posible que lo olvide y lo vuelva a reaprender, pero lo que nunca debo de perder es mi deseo de seguir creciendo.

FELIZ AÑO Y VIDA NUEVA A TOD@S!!

martes, 28 de diciembre de 2010

DESEOS Y SUEÑOS


       Deseos que afloran en los límites de mis huellas dactilares,
       corren tras tus instintos y beben de los surcos de tu boca imaginaria
       Sueños que no pudieron compartir tu almohada y la mía
       pero que se dan la mano en cada recuerdo latiendo
                   
       Así clamo al Universo centinela, dispuesto siempre
       a darnos lo que grita nuestra mente callada
       Clamo la sensualidad que algún día resbaló por mis poros
                       junto con el sudor del deseo
             
       Clamo el amor que hizo latir mis pulmones
       Clamo tus palmas de las manos en las mías,
       dedos entrelazados ante una fe creciente de dos amantes
       que se quedaron si sentido del gusto por lengua rota
          
        Deseos que ahora se me antojan plegarias de vida
        haciendo sonreir mi alma y sonrojar mi aliento
        Sueños que por poderosos al igual se cumplen
        bajo este cielo despierto llamado luces y sombras...


viernes, 24 de diciembre de 2010

A TODOS LOS BLOGUER@S

Hace días que no acude la inspiración a mí, y por tanto también os pido perdón si mis visitas no han estado a tiempo en vuestros blogs. No obstante, no quería dejar de felicitaros en estas fiestas y sobre todo, daros las gracias por esa constante y gratificante compañía vuestra y que tanto aporta a mi vida.


Lo que escribís en vuestros blogs son un auténtico regalo porque dais en forma de palabras vuestra propia esencia, y entregarse a los otros es el acto más bello que puede hacer un ser humano. Os felicito por ello.


Muchísimas gracias por este 2010 lleno de experiencias compartidas que ya está dando paso a un nuevo año que espero sea igual o más enriquecedor. Os quiero.

                                                ¡FELIZ NAVIDAD!  
Natalia                
   
                                  

miércoles, 8 de diciembre de 2010

SE REPITE

Y se vuelve a repetir. Aquello que ya conoces y hasta ves venir de lejos. Sin que te dés cuenta, como si vieras un vaso de cristal caer a cámara lenta, te ves en el espejo repitiendo exactamente la misma actitud defensiva, diciendo las mismas palabras ofensivas que darán lugar al remordimiento instatáneo, pues siempre se adelanta la peor de las defensas: el ataque incontrolado. Pasan las horas y tu cabeza se convierte en una película que siempre va para detrás o bien te salta a un futuro incierto, todos menos en el presente, porque es doloroso, porque es una gran boca que se lo traga todo.

Llega entonces la temible pregunta: ¿pero es que no he aprendido?¿Por qué sigo actuando como un niño asustado?¿Hasta cuándo tendré que probarme a través de la mirada de los otros?

Entonces llegas a la conclusión de que no se puede ser fuerte siempre. Que la opinión de los que más quieres SÍ afecta. Que una parte de nosotros necesita el reconocimiento, la aceptación, la palmada en el hombro de vez en cuando, o por lo menos, cuando más la requieres. Y cuando eso no está, duele porque nos deja desnudos con nosotros mismos, con la piel de las inseguridades, con los miedos que no se superaron, con la incomprensión de los que más te quieren pero no saben acercarse a tu alma.

Y entonces llegan más preguntas. ¿Cómo sigo ahora que sé que todo sigue igual que siempre? ¿Podré seguir creyendo en mí misma, aceptando que no soy perfecta, que desilusionaré a más de un@ por el camino?

Quizás sea complicado creer en uno mismo después de tantas "autodecepciones", sobre todo cuando la decepción también salpica a los que tienes a tu lado y notas el recelo en su mirada. Pero al menos ya he visto el lado frágil, ya he visto cara a cara la vulnerabilidad que me hace humana.

Mi post anterior hablaba de cosas difíciles. Ahora lo difícil es seguir creyendo en mí misma por encima de todo, aún sintiéndome indecisa y frágil, aún recelando como los demás. Pero ahora empezaba a ver una luz distinta en lo más hondo de mi ser. Puede que esa luz sea imperceptible aún para el mundo exterior, puede incluso, que nunca llegue a verla nadie más que yo. En todo caso, empiezo a intuir que para que esa luz no se pierda, para que no deje de alumbrar mis pasos, sólo tengo que dejar de desear que otros también la vean, pues desde el momento en que dejo de centrarme en ella para alzar la mirada en busca de alguien que la reconozca, ya pierde su consistencia.