jueves, 13 de octubre de 2011

"MI VIDA ERES TÚ"...buf!

"Mi vida eres tú" ... No concibo esta frase si no es frente al espejo. Y es que me cansa, a todas horas, en la tele, en las películas, en las canciones de moda, en la voz de personas cercanas... ¿Hasta cuándo vamos a seguir comprando y vendiendo esta idea germen de tantos sin sabores? Para muchos será la panacea del romanticismo, pero desde mi más humilde opinión, si alguien, a luz de las velas o bajo las estrellas te susurra al oído "mi vida eres tú", HUYE!!
No es que quiera matar la dulce ilusión de los enamorados, (y aquí ya me pongo seria), es que simplemente quien diga esto de forma convencida y orgullosa no se ha parado a pensar cuánto de sí mismo desconoce.

De verdad, no podemos permitirnos el lujo de ir viviendo a través de los otros, de la misma forma que tampoco nos podemos permitir que otro intente vivir su vida a través de la nuestra, porque la esclavitud es la misma. La dependencia emocional es siempre una calle de doble sentido.

No sólo pasa con la pareja, tenemos desde padres hiperprotectores, pasando por amigos absorbentes y hasta compañeros de trabajo que delegan siempre en ti... por una sencilla razón: porque uno mismo lo permite. A veces por pena, por temor a defraudar, por compromiso o sentimientos de deuda... y también porque podemos estar dependiendo de que dependan de nosotros.

¿De verdad podemos creer que nuestra propia vida está en manos de otr@? ¿Vamos a ser tan irresponsables como para descargar nuestras frustraciones y pensar que son los demás los que dirigen nuestros pensamientos, nuestras emociones, nuestro bienestar, futuro, felicidad...? ¿De verdad queremos pensar que son los demás los que nos invaden cuando somos nosotros los que no sabemos decir "NO"?

Puede que desde siempre el mensaje haya sido el mismo y que ya aceptemos casi sin cuestionar determinadas conductas, tanto propias como ajenas. Pero llega un momento en que hay que despertar, llega un momento en la vida en que se hace necesario descubrir lo que en el fondo ya sabemos, y es que TU VIDA ERES TÚ. Y no sirve el "no puedo", "el no sé cómo cambiar", "el ya es demasiado tarde" o las mil y una excusas que nos ponemos a diario simplemente porque queremos seguir dando de lado nuestra propia vida. Y no sirve de nada porque sencillamente así  nunca dejaremos de sufrir.

La queja no cura. Ser víctimas no hace sentir mejor a nadie. Depender de otr@ no es la solución. Que otr@s dependan de nosotros no ayuda a nadie. Quien se propone un cambio de verdad, por muy imposible que nuestra mente nos lo quiera presentar, busca los medios, no a alguien. Se puede decir más alto, pero no más claro.
Corre el tiempo, se nos llena el camino de lágrimas y sufrimiento innecesario. Entender la libertad, reclamándola para nosotros y proporcionándola a los demás es el camino. Si queremos ver esto, comprenderemos que se nos va la vida en ello. Y si te flaquean las fuerzas, busca un espejo y di "mi vida eres tú"