domingo, 3 de noviembre de 2013

Y VUELVES

Y vuelves,
como la espiral de humo en los bulevares.
Asciendo en esa corriente de sin sabores
porque olvidé el tacto de tu lengua mintiendo,
y yo, dejándome entre jirones la luna en tus ojos.

Y vuelves,
cada vez más lejano,
el eco es un ayer muriendo en mis venas,
el eco fue tu mano y la mía corriendo por las calles.
¿Dónde quedó la sorpresa en tu cuerpo?
Por más que vuelvas, no devuelves,
ni interrogas si quiera mis ganas.

Y vuelves, para mi adiós,
aquel que era infinito hasta tu vuelta,
pero el tiempo es implacable.
Las tormentas pasan y la calma llega.
La chimenea se quedó encendida,
pero las cenizas no calientan.

Y vuelves,
como las estaciones que se persiguen,
sin saber que te saltas primaveras,
y a tu paso mis ojos se quedaron absortos en las baldosas yertas.

Y vuelves, y vuelves, ¿y qué?
Mejor, no vuelvas.