lunes, 1 de agosto de 2011

EL PELIGRO DE LA IDEALIZACIÓN

Casi diáfano era el sueño,
y qué peligro tiene el idealizar fantasmas de aire
en castillos de arena...

El peligro de la idealización. Parece un sueño infantil cuando recurrimos a la fantasía para rellenar los huecos de aquello que no conocemos, pero sin embargo, ya de adultos, seguimos recurriendo a esta singular forma de autoengaño, quizás, muchas veces, con demasiada frecuencia. ¿Por qué?
Una vez alguien me dijo que recurrimos a la ilusión para tener aquello que en la vida real no puede ser. Quizás sea una especie de "mecanismo de supervivencia", o de adaptación, o una especie de alarma interna que nos focaliza sobre aquellas carencias que no sabemos o nos queremos ver.


La cuestión es que se idealizan tantas cosas... personas, lugares, metas, circunstancias... y claro...con el "tiempo", ese implacable Dios de realidades oxidadas, llega el temido desencanto, unas veces en forma de rabia que no esconde más que frustración, otras veces llega en forma de melancolía incierta por descubrir que lo que construía nuestra mente simplemente era un árbol sin raíces, con mucha copa y poco sustento, y otras en cambio, de las formas más agradables, te sonríes a ti mismo y te dices con una misteriosa complicidad :"¿en qué estaría yo pensando?"

Es inevitable "ilusionarse" con algo o alguien alguna vez en la vida. Yo diría casi que es patognomónico del ser humano (en algunos va más allá de eso, puede ser hasta patológico) Pero lo que si podemos evitar es el espejismo perpetuo, evitar perder cierta visión objetiva de las cosas y sobre todo, cuando notemos que los pies se levantan del suelo, quizás no estaría de más preguntarnos de dónde viene esa necesidad de volar...

15 comentarios:

  1. Patognomónico, guauuuu... todos idealizamos algo o a alguien en algún momento de nuestras vidas.
    Es el tiempo el que se encarga de volver a colocar todo en su lugar :)
    Saludo

    ResponderEliminar
  2. Es imposible manternernos cuerdos en la realidad sino no idealizamos a alguien o no nos ilusionamos con algo. El deseo es el motor de la vida.
    Un gusto conocerte!!!
    Cariños....

    ResponderEliminar
  3. La punta de la pirámide de la idealización es el mismo idealismo. Los juegos de poder siempre acomodan las esperanzas en un ciclo capitalizable donde la uniformidad de pensamiento y criterio es la banda o correa de transmisión para su reproducción continua y perpetua. En ese proceso hay intersticios donde podemos llegar a ser por momentos, y de vez en cuando hay quienes escapan del todo de la rueda.
    Gran tema de reflexión bien desarrollado Nakrama.
    Mi abrazo y parece que ya sales de tu silencio!!!

    ResponderEliminar
  4. Hola Sandra! ¿Me puse fina, eh? jejeje. Muchas gracias por tu comentario en mi blog. 100% de acuerdo, el "padre" tiempo se encarga de abrirnos los ojos. Un abrazo!

    ResponderEliminar
  5. Oriana!!! El gusto es mío! Por ahí se dice que el deseo es cuna de sufrimiento. ¿Ilusión es igual a deseo? A veces puede que sí, quizá por eso también se dice que hay que tener cuidado con lo que se desea, pues puede que sólo sea fruto de nuestra imaginación, y cuando se hace realidad, no tiene nada que ver con la imagen de nuestra ilusión. En fin, que me enrrollo. En todo caso, muchas gracias por la aportación y sé siempre bienvenida!!!

    ResponderEliminar
  6. Mi querido "bichito" Aristos, agradecidas siempre son tus palabras llenas de reflexión y cariño. Escapamos una y otra vez de esa rueda, aunque muchas veces volvemos a ella de nuevo.
    Parece que me han entrado de nuevo ganas de hablar, jejeje. Todo en justo equilibrio: silencio y voz: luces y sombras. Un fuerte abrazo

    ResponderEliminar
  7. O también, "de ilusiones también se mal-vive" jeje. Bienvenido Alejandro. Ésta es tu casa.

    ResponderEliminar
  8. Suelo leer tus posts, pero éste me llamó realmente la atención porque...sí, lo confieso he sido y sigo siendo una soñadora...
    Yo creo que tenemos una serie de necesidades, fines, objetivos a cumplir en nuestra vida, algunos innatos y otros que alguna vez nos propusimos. Están ahí en nuestro subconsciente, y de vez en cuando (sobre todo en épocas de "bajona" o de "no hacer nada") salen a la luz, una luz que nos deslumbra, y nos introduce en un mundo ideal, aquel en el que tendríamos eso que queremos... No está mal tenerlas, pero al principio de las mismas deberíamos pensar: "espera, estoy en el mundo real... Esto lo estoy idealizando, porque realmente no es ni puede ser así, por tanto debería hacer algo por conseguir algo cierto, no?, las ideas, los sueños son intangibles" Como oí decir una vez aa una buena amiga: no dejes que la vida pase por ti... (completa la frase ;-)) Resumiendo: idealización, un poquito sí, pero teniendo en cuenta su origen (lo que queremos) y que vivimos en "este" mundo.

    ResponderEliminar
  9. Stfi, me ha encantado tu comentario pues completa a la perfección la idea que quería transmitir en este post. Exacto, así entiendo la idealización, como una especie de chaleco salvavidas que puede funcionar un "tiempito" hasta que consigamos las herramientas necesarias para afrontar la realidad.
    Necesitamos de ciertas idealizaciones para coger impulso, pero si hemos de tomar una dirección tras ese impulso, que sea una dirección estable, y no una que baile entre nubes, porque tarde o temprano caeremos al suelo.
    Un abrazo y sé siempre bienvenida.

    ResponderEliminar
  10. En un mundo como el que hemos construido confieso que padezco este trastorno o patología.
    Siento esa necesidad de elevación, idealización para poder escapar salir de esta realidad este círculo esta espiral, esta mentira. Escapar, vivir, soñar con ese mundo ideal donde TODOS vivamos en Paz y Amor. Quizás al regresar mantengamos un poco esa ilusión esa fe ese sueño y nos ayude a hacer realidad ese sueño creo común. Ese es el mundo ideal respetar, defender los derechos básicos de TODOS. Si fuese así no me importaría sufrir esta patología constantemente. Tendré que tener cuidado por si caigo de esa nube, pero necesito elevarme hacia ella, aquí abajo ME AHOGO.
    Gracias Natalia.

    ResponderEliminar
  11. Me encantó.

    La verdad, considero todo tipo de ilusion un placer... ser capaz de volar con tan solo cerrar los ojos.

    Digamos que pertenezco a la Asociacion de Ilusionados Anonimos... :)

    ResponderEliminar
  12. Desde la niñez, pasando por distintas etapas de nuestra vida, idealizamos paisajes y personas, es humano. Saludos

    ResponderEliminar
  13. uh amiga...una pregunta controvertida, jejej...creo q el volar tiene muchas lecturas pero sera ganasr de huir?...de seguir soñando?...de sentirse libre?...todo puede ser pero xq volar para realizar o pensar en todo ello q sucede aca en lo terrenal q no puede?...volar...besitos

    ResponderEliminar
  14. Como nos vamos moldeando con el tiempo, las experiencias dejan huella.
    De adolescentes éramos impetuosos, en los veintes confiábamos y no había miedo de soñar, pero después de unos pequeños rasponcitos como que preferimos la cómoda realidad.

    ResponderEliminar
  15. Como nos moldean las experiencias, con los años preferimos la comodidad de la realidad.
    A los veinte no dudábamos, teníamos todo el ímpetu y no importaba lo que pasase, había que soñar.
    Después de unos cuantos rasponcitos, sólo nos permitimos soñar cuando nos entregamos a la lectura.

    ResponderEliminar