jueves, 6 de septiembre de 2012

SABER CUIDAR, SABER AMAR



Antes de marcharse, en esa penumbra suave que acaricia el rostro antes de amanecer, se preguntó si sería capaz de escribir exactamente lo que pasaba por su cabeza. No quería despedirse como otra veces, cerrando la puerta tras de sí, no quería darlo todo por perdido... Así que rebuscó en el escritorio, papel y lápiz era todo lo que hacía falta...y quizás, algo de suerte. Sin más, escribió:



"Estoy aquí. A tu lado. Estoy aquí y por alguna razón mi camino se cruzó con el tuyo. Soy una persona a la que le gusta cuidar a otras personas. Sé lo que significa "cuidar". No se puede cuidar si no te entregas sinceramente, si no abres tu corazón y estás dispuesto a que lleguen a ti. Para cuidar hay que entender, respetar, valorar. Cuidar es una forma de amar. Cuando amas verdaderamente te preocupas más de lo que das, que de lo que recibes, porque sabes que cuando más recibes es cuando más das. Cuando sabes amar, no quieres ganarte el amor del otro, sólo su confianza. Cuando amas, no das nada por hecho, en lugar de eso, te armas de paciencia. Cuando amas a alguien y sus misterios, no quieres retos que enfrentar, ni conquistas que ganar... sólo quieres conocer, sin pretensiones, sin estrategias. Cuando amas sabes que no debes hacer daño y además sabes la forma en la que no hacerlo. Es fácil no hacer daño si amas.

Para entender el amor por otros primero es necesario entender el amor hacia uno mismo. No hay formas perfectas de amar, ni a otros, ni a uno mismo. Pero cuando te cuidas sabes que te estás amando y también sabes que estás listo para amar a otros.

No sé derribar muros, ni romper defensas...Para eso tendría que tener demasiado presentes mis propias barreras, y éstas las hago pequeñas en cuanto las veo crecer porque sé que si no me alejarán de la felicidad y de las cosas bellas que están al alcance. Por eso no puedo ocuparme de tus alambradas. Las veo, las respeto, las entiendo, pero jamás lucharé contra ellas, eso significaría que no confío en ti y en tu capacidad de enfrentarte a tus propias limitaciones. No puedo hacerte eso si te amo verdaderamente. Ves? Así de fácil, así se cuida. Confío en ti, no en las expectativas que quiera crear sobre ti. Simplemente confío en tu esencia y que en cada paso lograrás hacer una mejor versión de ti mismo, como yo trato de hacer conmigo misma.

Si alguna vez, como humanos que somos, me asaltan las dudas y me cubro llegando a pensar que me he debilitado tanto como para creer que algo que tenga que ver contigo puede dañarme, es decir, si alguna vez caigo en la comodidad de victimizarme, confío de nuevo en que sabré darme cuenta y rectificar. Sabré pedir ayuda si caigo. Sabré ser generosa contigo si antes he aprendido a serlo conmigo misma. Y no hay mejor forma de ser generoso que permitir que otros te ayuden o te enseñen sin que por ello tu ego resulte herido o en deuda.

Para saber amar verdaderamente, con cierto valor que trascienda y dé significado a tus días, con un amor que te conmueva por dentro y sea capaz de transmitirse a otro, que lo conmueva a su vez. Para amar con una mirada limpia hay que ser niño, hay que ser inocente, hay que darlo todo, y darlo todo no significa que te quedes sin nada, darlo todo significa entregar pensando que nada te hará falta. Es una sutil diferencia, pero hay que saber reconocerla.

Estoy aquí. Esperando tu ritmo, observándolo con ternura, preguntándome si se acompasará con el mío. Estoy a tu lado y no quiero que eso signifique tener miedo, porque entonces tú también temerás, porque somos espejos, somos reflejo de lo que pensamos, y así sentiremos, conforme pensemos. Así que yo pienso que puedes confiar en mí. Yo pienso que puedo cuidarte y que eres digno de cuidarme. Yo pienso que no hay esfuerzos que valgan ninguna pena. No hay penas. Sólo hay preguntas que podrían llegar a responderse honestamente.
Estoy aquí para ello. Cuando quieras, cuando lo sientas, cuando desees compartirlo conmigo. Cuando te des cuenta y estés convencido de que tú también sabes amar"

Ahora sí tenía la sensación de que tal vez, sólo tal vez, podría hacerle llegar su mensaje.

2 comentarios:

  1. Una declaración de amor franca, resultado de una reflexión minuciosa que revisa y palpa con cuidado cada partecita del corazón y del alma hasta tamizar solo la pureza de la entrega en su suavidad y calma.
    Un paso decisivo bajo la seguridad que venga lo que venga se enfrentará sin miedos, lo que da firmeza sin tensión ni auto imposición. Es como aprender a nadar, ya se puede lanzar a la piscina y hacer unas cincuenta, lo que no se daría si ni siquiera se pudiera flotar. Repito esa máxima de la natación: con el esfuerzo que una persona hace para ahogarse en segundos, puede nadar hasta 3 horas si aprende a nadar, la diferencia es simple pero nos puede costar la vida.
    Sigo tu evolución a través de estas sentidas y profundas meditaciones amiga Nakrama, verdaderas batallas de autoafirmación.
    Mi inmenso abrazo Dir!!!

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  2. De nuevo por tu casa, disfrutando de las cosillas que nos dejas. Siempre un placer.

    Saludos y feliz domingo.

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