domingo, 25 de abril de 2010

EL ROSAL.

Hay días en los que se nos revela algo importante. Esos días yo los llamo los días "iluminados" porque de repente, sin saber cómo ni por qué, accedes a un grado de conciencia que te deja en paz contigo mismo. Puede ser una idea creativa, una emoción que te transforma, la intensa sensación de estar auténticamente presente en tu propia vida y en ese preciso instante. A veces, los días "iluminados" son efímeros. Duran 24 horas. Pero otras veces, te das cuenta de que ese día marca un verdadero comienzo en tu forma de entender la vida. Hay días iluminados capaces de iluminar el resto de tu camino. Y ahí empieza la búsqueda. El viaje espiritual a la trascendencia, el camino de no retorno donde YO SOY. Empiezas a acceder a la paz interna que es mucho más gratificante que la propia felicidad a ratos que le podemos "robar" a la vida.

Entonces aparece el deseo de compartir lo descubierto. Nace la sana necesidad de hacer el camino más accesible a los otros que caminan contigo. Aparece ese impulso de gritar a los cuatro vientos que cualquier ser humano puede tener acceso a esos "días iluminados", y que es más, no sólo son días iluminados, sino una vida entera de plena presencia. Quieres que otros se unan contigo a la fiesta de la vida. Te das cuenta de cómo eras cuando tú mismo ignorabas este nuevo estado de conciencia y piensas "realmente merece la pena que otros también lo vean, lo sientan"
Y entonces... una voz cualquiera te dice que lo tuyo es puro sueño. Alguien más allá te llama iluso. El otro/a te dice que ojalá pudiera verlo todo tan fácil... Y así una larga lista de personas, a veces incluso las más allegadas (las que más quieres ayudar) te miran con cara extraña y ni siquiera se dan una oportunidad a ellos mismos de un verdadero cambio, la oportunidad de conocerse a sí mismos, ese maravilloso Ser que todos llevamos dentro, de sus potencialidades, sus talentos, sus limitaciones que ellos mismos pueden trascender con sólo dejar de apegarse a los sufrimientos...

En una conferencia de Jose María Doria alguien levantó la mano y preguntó: ¿y qué podemos hacer cuando queremos ayudar y la persona sigue erre que erre, empeñada en seguir mal?¿Qué pasa si el otro no quiere aprender?¿Y si a pesar de todos nuestros intentos para que los demás abran los ojos no hay manera y no conseguimos que lleguen a comprender lo que queremos transmitir?

Jose María Doria dio con la clave utilizando como ejemplo un rosal. En un rosal hay rosas abiertas, ofreciendo sin miedo todo su esplendor y aroma al Universo, en cambio hay otras, que permanecen cerradas, sin llegar a florecer. A estas últimas no les ha llegado su momento. Es posible que marchiten sin haber llegado a abrirse totalmente. Este hecho no puede impedir que otras rosas sigan abriéndose (afortunadamente, los rosales cada vez florecen más). Pero lo importante, lo verdaderamente importante, es que todas en su conjunto conforman el rosal.

Así somos nosotros. Algunos podrán desarrollarse, otros se quedarán encogidos. Pero el crecimiento no se puede imponer, al igual que nadie puede crecer por nosotros. Está claro que siempre podremos ir "iluminando" con nuestra propia luz, pero nunca intentar sustituir la falta de luz del vecino con la nuestra porque a la larga no le va a servir, necesitará encontrar su propia luz. Y aunque nos duela ver que otros siguen a oscuras, también esto es aprendizaje. El aprendizaje de aceptar. Aceptar que no somos salvadores de nadie. Aceptar que cada uno tiene su ritmo. Aceptar que no podemos caer en la tentación de ser héroes para otros porque eso sólo es pan para el ego. Aceptar que finalmente, todos, estemos en el tramo del camino que sea, iluminado o no, somos parte del mismo rosal, y ahí radica su universal belleza.

11 comentarios:

  1. no te llames ilusa por tener una ilusión...

    ResponderEliminar
  2. Otra maravillosa entrada, Nakrama. :)

    ¡Qué gran verdad!Y qué bien explicada!

    Efectivamente, los días iluminados son así. Yo recuerdo perfectamente cuándo y cómo fue lo que entonces llamé y desde entonces llamo "La Iluminación". Y efectivamente fue cómo lo describes. Y el proceso posterior de querer compartirlo (que es en el que estoy ahora) también. Lo del rosal también es otra gran verdad. Y tu frase "Nadie puede crecer por nosotros" lo mismo.

    Buscando precisamente en Google "Objetivo: crecer" fue como llegué a tu Blog y no dudo que seguiré visitándolo a menudo porque es, a la vez, un excelente recordatorio y una fantástica fuente de inspiración.

    Saludos. Neo.

    ResponderEliminar
  3. Esta mañana he tenido una sesión de Osteopatía.

    Para explicar lo que ha sido y lo que ha supuesto emplearía demasiado tiempo.

    Pero por resumirlo brevemente sólo decir una cosa: "Ha sido algo mágico".

    Sinceramente, aunque cada rosa del rosal ha de seguir su camino ;-), es algo que recomendaría.

    Saludos. Neo.

    ResponderEliminar
  4. Hola, solo vengo a darte las gracías por tu bonito comentario a mi poesía sobre mi bonita ciudad, llevo desde el domingo con mi marido en el Hospital, y ahora he aprovechado un rato en casa, para poder darte las gracías por tu comentario. Un beso, hasta la vuelta.

    ResponderEliminar
  5. Ay mi cielo, espero que no sea nada grave y que estés bien. ¿Es por ti o es por tu marido?
    En cualquier caso, les mando mucha energía a los dos, todo mi apoyo y sincero cariño. Un abrazo fuerte, Demófila.

    ResponderEliminar
  6. Bella comparación Nakrama bonito el rosal
    Gracias por compartirlo.

    ResponderEliminar
  7. Gracias, luciérnaga, por tu visita. Me ha hecho ilusión verte por aquí, pues siempre me llaman la atención tus comentarios. Siempre aportan. Bienvenida a mi espacio, que también es tuyo.

    ResponderEliminar
  8. Hola, Nakrama, esta mañana estoy en casa porque mi marido está mejor.
    Como puedes imaginar estoy muy contenta, porque al principio todo estaba bastante mal, todo ha sido a consecuencia de un homenaje celebrado aquí, en la que cogió una salmonelosis.
    Gracías por el apoyo que me has mostrado en estos momentos, me ha dado mucha alegría verte en mi blog.
    Un beso muy fuerte,en estos momentos dificiles todos los amigos de los blogs me habéis acompañado mucho éste es un mundo maravilloso,
    no me imaginaba que sería así.

    ResponderEliminar
  9. Hola, Nakrama, solo vengo a decirte que ya estamos en casa, y que todo ha pasado, aunque estamos muy cansados.
    Gracías por tu visita y apoyo, todos los amigos del mundo de los blogs me habéis apoyado mucho.

    ResponderEliminar
  10. Me alegro mucho de que ya estéis en casa, Demófila. Espero que ya en el calor de vuestro hogar la recuperación sea rápida. Confío enque será así. Desde aquí te sigo mandando mi fuerza y mi cariño. Besos

    ResponderEliminar